¡Sanos, limpios y contentos!
Amor implica compromiso
El cuidado y la higiene de una persona con diversidad funcional no debe ser visto solamente como una tarea mecánica diaria para su responsable, ya que requiere de mucha atención y delicadeza. Puesto que, de acuerdo a la situación de la persona con diversidad personal, incluso puede haber ciertos riesgos al momento de llevar a cabo tal tarea. Cuando la persona “dependiente” no presenta ninguna patología invalidante, es capaz de realizar por sí misma y de forma autónoma las tareas relacionadas a mantener una adecuada higiene corporal.
Sin embargo, en situaciones de “dependencia” necesitará, en muchas ocasiones, la ayuda de otras personas para llevarlas a cabo. En estos casos es necesario tomar en cuenta los cambios que debido a la edad o la inmovilidad de la persona se van a producir tanto en su piel, como en su cabello, manos, pies, dentadura, boca o uñas.
Por lo tanto, es una actividad que deberá ser realizada con paciencia, amabilidad, respeto, comprensión, y flexibilidad por parte del cuidador responsable.
La higiene corporal para una persona con diversidad funcional implica: Cuidado de la piel, cabello, uñas, dientes, orejas, boca, nariz y genitales. Por lo tanto, es muy importante que el cuidador responsable establezca una rutina diaria que involucre hábitos de higiene para su familiar “dependiente”, ya que esto le permitirá prevenir el contagio de infecciones y eliminar secreciones corporales en las que se proliferan gérmenes abundantemente. Asimismo, proporcionará comodidad y relajación al familiar con diversidad funcional, además de otros beneficios como:
1. Eliminar el exceso de grasa, sudor y suciedad de la piel.
2. Evitar la aparición de bacterias.
3. Eliminar las células muertas que hay en la superficie cutánea.
4. Estimular la circulación sanguínea y el movimiento articular.
5. Eliminar y/o disminuir las tensiones.
6. Mantener la piel en buenas condiciones.
7. Provocar sensación de bienestar y ayudar al descanso.
Cabe mencionar, que la falta de higiene corporal puede provocar diferentes alteraciones y complicaciones médicas de carácter tanto físico como psíquico, como por ejemplo: Erupciones, incontinencia, irritaciones, escaras, úlceras por presión, infecciones, aislamiento social, incomodidad, entre otros. Siendo por ello tan fundamental cuidar la higiene personal de las personas con diversidad funcional que permanecen a nuestro cargo. Tanto por su salud, que es lo primordial, como porque representa una forma de relajación para ellos y por supuesto, los hace sentir mejor consigo mismos.
Sin embargo, en situaciones de “dependencia” necesitará, en muchas ocasiones, la ayuda de otras personas para llevarlas a cabo. En estos casos es necesario tomar en cuenta los cambios que debido a la edad o la inmovilidad de la persona se van a producir tanto en su piel, como en su cabello, manos, pies, dentadura, boca o uñas.
Por lo tanto, es una actividad que deberá ser realizada con paciencia, amabilidad, respeto, comprensión, y flexibilidad por parte del cuidador responsable.
La higiene corporal para una persona con diversidad funcional implica: Cuidado de la piel, cabello, uñas, dientes, orejas, boca, nariz y genitales. Por lo tanto, es muy importante que el cuidador responsable establezca una rutina diaria que involucre hábitos de higiene para su familiar “dependiente”, ya que esto le permitirá prevenir el contagio de infecciones y eliminar secreciones corporales en las que se proliferan gérmenes abundantemente. Asimismo, proporcionará comodidad y relajación al familiar con diversidad funcional, además de otros beneficios como:
1. Eliminar el exceso de grasa, sudor y suciedad de la piel.
2. Evitar la aparición de bacterias.
3. Eliminar las células muertas que hay en la superficie cutánea.
4. Estimular la circulación sanguínea y el movimiento articular.
5. Eliminar y/o disminuir las tensiones.
6. Mantener la piel en buenas condiciones.
7. Provocar sensación de bienestar y ayudar al descanso.
Cabe mencionar, que la falta de higiene corporal puede provocar diferentes alteraciones y complicaciones médicas de carácter tanto físico como psíquico, como por ejemplo: Erupciones, incontinencia, irritaciones, escaras, úlceras por presión, infecciones, aislamiento social, incomodidad, entre otros. Siendo por ello tan fundamental cuidar la higiene personal de las personas con diversidad funcional que permanecen a nuestro cargo. Tanto por su salud, que es lo primordial, como porque representa una forma de relajación para ellos y por supuesto, los hace sentir mejor consigo mismos.
Comentarios
Publicar un comentario